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jueves, 20 de mayo de 2010
Casualidad. El destino es una serie de casualidades, una detrás de otra, como fichas de dominó que van cayendo, y la caída de la última ficha tiene alguna gran consecuencia. Como cuando me olvidé el monedero y perdí el tren, en el mismo momento que tú leías el periódico en la cafetería; tuve que coger el siguiente tren, donde me quede dormida, mientras tú te tomabas un café; una señora me dio un codazo dos paradas después de donde debería haberme bajado, justo cuando tú pagabas la cuenta; salí del tren y aceleré calle abajo, tú paraste centímetros antes de la esquina donde deberíamos habernos chocado y conocido, y yo pasé de largo a toda velocidad. Debió de fallar alguna pieza.
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Joer...Maldita pieza!
ResponderEliminarEl efecto dominó tendría otro destino...
ResponderEliminarexcelente, este fue sin dudas, uno de los tuyos que mas me gusto.
ResponderEliminarHay un video de lenny kravitz, "Again" que de alguna forma tu relato me trajo a la mente.
Un saludo en la lejania.
Probablemente, ahi no debían juntarse ambas piezas, sino algo mas tarde.
ResponderEliminarCasualidades...
ResponderEliminar¡un beso!
O.O me encanta :) lastima que fallara alguna pieza... pero tu tranquila que ya se reordenarán y volveran a encontrarse
ResponderEliminarSerendipia. Todo es serendipia..
ResponderEliminarese monedero maldito!
ResponderEliminarigual, creo que lo conociste luego, quizá ese no era el momento destinado, no?
A mí me ha gustado leer esto.=)
ResponderEliminarMientras más larga es la espera (bueh... no tanto!!)más gloriosa la dicha...la próxima mira a todos lados.
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